Buda: Parábola de los ciegos y el elefante


Extracto del libro Buda. Vida y pensamiento, de André Bareau.

Esta célebre parábola ilustra la tesis búdica de la vanidad y la nocividad de la mayoría de las especulaciones llamadas intelectuales. La «sed de las ideas» es tan perjudicial como la de las formas, de los sonidos, etcétera. En lugar de perder el tiempo peleándose, luchando y matándose unos a otros por sostener unas ideas, unos dogmas o unas teorías nacidas de su ignorancia y de su orgullo, los hombres deberían esforzarse por aplacar sus pasiones.


«Entonces dijo el Bienaventurado: "Oh monjes, existía antaño un rey llamado Rostro de Espejo. Reunió un día a unos ciegos de nacimiento y les dijo: 'Oh ciegos de nacimiento, ¿conocéis a los elefantes¿' Respondieron: 'Oh gran rey, no los conocemos. No tenemos ninguna noción de ellos'. El rey les dijo entonces: '¿deseáis conocer su forma?'. 'Sí, ciertamente deseamos conocer su forma'. Ordenó entonces el rey a sus seguidores que trajeran un elefante y a los ciegos que tocaran al animal con sus propias manos. Entre éstos, algunos cogieron la trompa al palpar al animal y les dijo el rey: 'Eso es el elefante'. Los demás, al palpar al elefante, tocaron unos la oreja, otros los colmillos, otros la cabeza, otros el lomo, otros un lado, otros un mulso, otros la pata anterior, otros la huella de las pisadas, otros la cola. A todos les decía el rey: 'Esto es el elefante'. Entonces el rey Rostro de Espejo hizo que retiraran el elefante y preguntó a los ciegos: '¿De qué naturaleza es el elefante?'. Los ciegos que habían tocado la trompa dijeron: 'El elefante se semejante a un timón curvo'. Los que había tocado la oreja dijeron: 'El elefante es semejante a un harnero'. Los que habían tocado un colmillo dijeron: 'El elefante es semejante a una maza'. Lo que habían tocado la cabeza dijeron: 'El elefante es semejante a un caldero'. Los que habían tocado el lomo dijeron: 'El elefante es semejante a un montículo'. Los que habían tocado un lado dijeron: 'El elefante es semejante a un muro'. Los que habían tocado un muslo dijeron: 'El elefante es semejante a un árbol'. Los que habían tocado la pata anterior dijeron: 'El elefante es semejante a una columna'. Los que habían tocado la huella de las pisadas dijeron: 'El elefante es semejante a un mortero'. Los que habían tocado la cola dijeron: 'El elefante es semejante a una cuerda'. Se acusaron todos unos a otros de estar equivocados. Unos decía 'Es así'. Los demás replicaban: 'No es así'. En lugar de aplacarse, la discusión se convirtió en una querella. Cuando vio esto el rey, no pudo menos que reírse, y luego pronunció esta estancia: 'Los ciegos aquí reunidos discuten y se pelean. El cuerpo del elefante es naturalmente único. son las distintas percepciones las que han provocado estos errores divergentes'.

» "Oh monjes, lo mismo ocurre con las diversas doctrinas de los heterodoxos. No conocen ni la verdad del dolor, ni la verdad del origen, ni la verdad del cese, ni la verdad de la vía. Cada uno de ellos produce una opinión distinta de las de los demás y se critican mutuamente. Cada uno de ellos pretende tener razón, y eso provoca discusiones y peleas. Los religiosos y los brahmanes que puede conocer según la realidad la noble verdad del dolor, la noble verdad del origen del dolor, la noble verdad del cese del dolor, la noble verdad de la salida del dolor, ésos reflexionan por sí mismos y están de acuerdo entre ellos. Tienen la misma experiencia, el mismo maestro, la misma agua, la misma leche. Arden por la ley de Buda y permanecen mucho tiempo en la felicidad de la quietud".» (Dïrghaägama, Lokaprayñaptisütra, edición de Taishö Issaikyo, nº 1, pp. 128c-129a.)

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Yo tengo el libro, pero no la imagen. La saqué de acá:
http://www.comunaliteraria.cl/buda-vida-y-pensamiento.html

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